MANUALIDADES CHOPO
Cesta de huevos de pascua
Categoría: Pascua | Pintura | Reciclaje
Tiempo: 70 minutos
Dificultad: baja
Dirigido a: más de 9 años
Precio: menos de 15euros
Materiales:
4 huevos de madera o naturales (huevos duros)
Pintura acrílica Americana de diferentes colores
Pinceles y tijeras
Lápiz y rotuladores
Cartulina de colores
Celo o pegamento
Huevera de cartón
Ojitos de plástico adhesivo
Cómo se hace
- Pintar cada huevo con pintura en un color liso, para que sea más fácil los ponemos en la huevera de cartón que viene al comprar un paquete.
- Cuando la pintura esté seca, con un lápiz hacer el boceto de los dibujos que decorarán cada huevo.
- Rellenar los dibujos con pintura, de los colores que más nos guste.
- Mientras seca la pintura cortamos en papel reciclado 2 rectángulos iguales, que formarán la cesta. Para que los bordes queden redondeados utilizar un plato, por ejemplo, para hacer la forma.
- Una vez que tenemos las plantillas, las transferimos a la cartulina y cortamos.
- Hacer una tira de cartón para el asa.
- En el rectángulo inferior haremos antes de cortar, el dibujo de unas pestañas y las recortamos, es muy útil para cerrar la caja.
- Poner una cartulina sobre otra, doblar y pegar con celofán, dejando las pestañas por dentro, una vez montada se coloca el asa.
- Perfilar con el rotulador el contorno de los dibujos hechos en los huevos.
- Decorar con dibujos la caja para darle más gracia. En vez de pintar los ojos, se pueden poner de plástico.
- Colocar los huevos dentro de la cesta y listos para decorar en estos días de semana santa.
¿Te ha gustado? Mira nuestros chopotrucos:
Chopotruco 1: en un folio haz antes los dibujos para coger destreza y poder mirarlos mientras los copias 😉
Chopotruco 2: si quieres que la decoración quede redonda, pon en el fondo de la cesta un trozo de tela o papel Pinocho un poco arrugado
Resultado: Es una manualidad perfecta para hacer con los niños y decorar la casa durante la semana santa.
La leyenda
La leyenda cuenta que una mujer muy muy pobre, incapaz de ofrecer dulces a sus hijos, escondió en el jardín unos huevos pintados. Los niños, al ver un conejo, creyeron que era este animalito quien había puesto los huevos. Desde entonces, los niños fabricaban un nido y lo dejaban en algún lugar del jardín a la espera de los huevos del conejito de Pascua, que se llenaba durante la noche. La tradición ha ido variando y ahora se esconden los huevos pintados o de chocolate para la alegría y regocijo de los niños que los encuentran y colocan en su cesta antes de comérselos. Es una tradición que se sigue manteniendo en muchos países, lo que ha convertido el huevo de Pascua en un símbolo universal.